El día uno de Septiembre del año 2009, el Comité Central del P.C. de Galicia se puso en contacto telefónico conmigo, como hijo del “Brasileño”, para concertar una entrevista al siguiente día. El encuentro tuvo lugar en Bandeira (Silleda). Fue muy cordial, acudieron por parte del P.C. su Secretario General Carlos Portomeñe Pérez y el Sr. Abades. A mi me acompañaban mi mujer Maria y el amigo e historiador Alberto Maceira Balboa.
Me pidieron perdón en nombre del Partido por el asesinato de mi padre, fruto según expresaron del “revanchismo” de Santiago Carrillo por ser el “Brasileño” uno de los hombres de confianza de Jesús Monzón, caído en desgracia y desposeído de todos sus cargos en el P.C. por la nueva “Troika” (S. Carrillo, la Pasionaria y Uribe). El retardo en el reconocimiento por parte del partido de su figura política se debió, según siguieron explicando, a que el advenimiento de la Constitución trajo consigo como contrapartida la exigencia al P.C. de que se silenciasen los sufrimientos y asesinatos de todos los militantes que habían luchado durante la Dictadura por el restablecimiento de la Democracia.
Admitieron que mí padre había sido un buen comunista, que luchó por esos ideales durante toda su vida y que siempre fue leal al partido. Su asesinato, un error político y humano. Añadieron que todas las opiniones y escritos malévolos, sectarios e injustificados vertidos sobre su quehacer dentro del partido, serán subsanados en un próximo futuro en una reunión del P.C. que se celebrará en Santiago de Compostela, sin determinar fecha.
Acabada, la sentimentalmente para mí, grata conversación nos dirigimos al cementerio de Moalde y los dos representantes del Partido depositaron un ramo de flores con la Bandera Republicana sobre la tumba de mi padre. Fue emocionante.
Secretario general del PC. Portomeñe Pérez, Víctor García, Abades y María Gutiérrez.
Desde entonces el silencio del P.C.E. y del P.C.G. ha sido la única noticia, lo que me induce a pensar que la ofrenda floral y las promesas verbales realizadas en el cementerio de Moalde han sido una farsa y una ofensa para esta ingenua familia. Causa una profunda tristeza el pensar en cómo la ideología por la que luchó y murió «EL BRASILEÑO» se ha convertido en un espejismo desilusionante en el que no tiene cabida, según el parecer de los políticos que la representan, el reconocimiento del error cometido hace unos sesenta años.
¡LÁSTIMA DE TANTO SUFRIMIENTO BALDÍO!
El PCE. (Partido Comunista Español) defensor de la ley de «Memoria Histórica» antifranquista, lo que le honra ante todos los demócratas, ¿Cómo silencia a su justicia amnésica para no cumplir con su propia Memoria Histórica?
Mientras, Víctor García el «Brasileño, Teófilo Fernández Casal y muchos otros comunistas injustamente asesinados, siguen esperando «sine díe» del Partido, la restitución de su honorabilidad perdida.
¿RecuperÁ algún día el recuerdo crítico y la valentía de reconocer sus errores haciendo justicia a sus viejos y heroicos camaradas? Marzo 2015.