CARTA SIN RESPUESTA
He seguido enviando correos certificados a los sucesivos Secretarios Generales de l P.C.E ( el último al Sr. Centella) rogándoles la lectura de la biografía de mi padre, para que conociesen sus valores de honrado comunista.
Pensaba que la conclusión sería la restitución de su honorabilidad cruel e injustamente negada. Desde mi escepticismo en obtener respuesta y, dado que han decidido ignorar la Ley de Memoria Histórica aplicada a mi padre, asesinado por los secuaces de Santiago Carrillo de quien partió la orden de ejecución, mi persistencia me sirvió para diagnosticar las limitaciones educativas, morales y éticas de unos dirigentes que condenaron al heroico P.C.E a ser enterrado en las catacumbas del olvido.