CÓMO SE GESTÓ SU MUERTE

Según ha escrito el profesor Heine la orden de asesinarle vino de Carrillo, responsable del trabajo del P.C. en España, que fue transmitido personalmente a Gomez Gayoso cuando este fue nombrado secretario del C.R. de Galicia. En los archivos del P.C.E. hay escritos de Gayoso donde reitera la importancia de la misión recibida y las dificultades que supone el realizarla. Pasó el encargo a Manuel Blanco Bueno. Cuando la situación de Víctor García en Vigo se hizo insostenible se trasladó al norte de la provincia de Pontevedra donde empezó a actuar en la guerrilla junto con el que había sido su mano derecha Eugenio Rueda Perosanz, Miguel Nicolás Esperante o «Corcheiro» y otros más. Su vida empezó a peligrar seriamente cuando esta guerrilla que formaba parte de la 5ª agrupación guerrillera que el «Brasileño» había creado desde Vigo fue absorbida por la nueva 5ª agrupación que por iniciativa de Gayoso había sido creada a principios de 1948 desde la Coruña, siendo su nuevo jefe Benigno Andrade «Foucellas». Ello suponía que desde este momento el «Brasileño» carecía de mando en una unidad guerrillera totalmente sometida al control de Gayoso. Posiblemente confió en que sus antiguos amigos, sobre todo Rueda, comisario de la nueva 5ª agrupación le defendiera, pero precisamente fue éste Rueda en colaboración con otros, el que efectuó su asesinato para así quitarse la culpa que a los ojos de Gayoso y de los dirigentes en el exilio suponía que en el pasado había colaborado estrechamente con el «Brasileño».

Elegido Santiago Carrillo S.G. del Partido Comunista en el exilio tomó la decisión, complaciendo a su ego, de convertirse en el poder absoluto del Partido, si sus propuestas y decisiones convencían a la militancia eran mantenidos en sus puestos, y si no  les degradaba para colocar en su lugar a sus fieles. A los escépticos, discordantes, les eliminaba, en demasiadas ocasiones de manera concluyente y definitiva.

Por aquel entonces, la resistencia antifranquista en el interior, estaba organizada por Jesús Monzón que no se exilió al ser derrotada la República y en la clandestinidad organizó la guerrilla y creó los cimientos de un renacido P. Comunista. En esta ímproba labor contó con la colaboración inestimable y heroica, entre otros, de L. Trilla y Víctor Gracia G. «el Brasileño», convencidos «monzonistas».

Santiago Carrillo, ávido de poder, decidió apoderarse de sus logros valiéndose de argucias dialogantes y a los más reticentes con la eliminación física. Monzón fue «invitado» a Francia    para mantener una entrevista con él y afortunadamente fue detenido en Barcelona por la policía de Franco cuando iba de camino, lo que le salvó la vida. L. Trilla fue asesinado en Madrid por orden del P. C. El «Brasileño», insumiso, fue estigmatizado con insidias «recogidas por los dirigentes del Partido» que     previamente las habían creado y proyectado a la militancia. Lo atestigua la documentación interna del P.C. que aseguraba que… «En el periodo de Monzón, este canalla había contado con la confianza de la Delegación»… Otro alegato para desprestigiarle consistía en que en el año 1.938 se rompieron las relaciones entre el Partido Comunista Portugués y la Internacional Comunista (Pacheco) Existiendo desde entonces en Portugal dos partidos Comunistas. Según la doctrina oficial uno de ellos estaba constituido por Troskistas y espías y es con esta fracción con la que se relacionaba «El Brasileño». Iten más: La lucha contra Víctor García se justifica con los mismos argumentos utilizados en otros casos semejantes: Así se le acusa de ser agente doble, infiltrado de la policía Española. Y que se hallaba en contacto con los servicios secretos aliados para la organización de la red de evacuación de los pilotos derribados en erl frente Europeo, que desde Francia llegaban a Galicia y los pasaban a Portugal. Fue tildado además de mantener El Partido encerrado en su propia concha, no dando el ingreso en él más que a los viejos militantes. Se le imputó, por si lo precedente no fuera suficiente para justificar su asesinato, de actividad «fraccional» porque al verse, según sus testimonios, desenmascarado, intentó crear un Partido Comunista autónomo en Galicia, triturado «Partido Independiente de Galicia» (nótese la ausencia de la palabra Comunista).

Con estos embustes y falaces argumentos, la dirección impuesta por el P.C.E.  le consideró un enemigo peligroso que debía ser eliminado. Aprovechando una redada policial en febrero de 1.946 en la que fueron detenido varios camaradas del P.C.G. El Brasileño fue acusado de ser el causante de este triste acontecimiento y la atención de Carrillo se reafirmó aun con más ahínco un su pronta eliminación. Con este fin envió a un tal Rivas a Vigo con el objetivo de concertar una entrevista con Víctor y asesinarle. Como intermediario de esta traición estaba Julio Sánchez, llegado del exterior y que conocía a Víctor García de haber compartido prisión en los años 1.935-36. El Brasileño no solamente no acudió a la cita sino que envió a una persona de su confianza para eliminarle. Además, emitió una circular con el nombre y apellidos del sujeto denunciándole como agente de la policía.

Y ocurrió que el «Brasileño» se encontró ante una paradoja inimaginable: después de tantos años de lucha y sacrificio por el P:C. era perseguido, no solo por las fuerzas represivas franquistas habitual en su larga vida clandestina, sino además tenía que protegerse de algunos de sus ex-camaradas, vendidos a los favores de los dirigentes enviados por Carrillo para usurparle el mando, ansiosos de que su búsqueda y consecuente eliminación, les acarrease la recompensa de gozar del aplauso y la confianza de sus nuevos jefes.

Asediado por ambos bandos halló la protección física ofrecida por el grupo guerrillero «Os Chorcheiros», que tenían su territorio de acción en la comarca de Deza (Pontevedra) y logísticamente fue socorrido por el Secretario del Ayuntamiento de Bandeira y sus afines hasta su asesinato. Según los historiadores de aquellos convulsos años el asesinato del «Brasileño» fue llevado a cabo por un individuo apellidado Rueda, asturiano, que había sido su colaborador y manchó sus manos con su sangre para así presentarse ante lsus nuevos dirigentes ganándose su confianza servil. Un nuevo imitador de Judas de quienes la Historia esta tristemente saturada. 

Posteriormente el Secretario y su familia se refugiaron en Méjico.

Los «Corcheiros» murieron en un encuentro con la Guardia Civil.

DOCUMENTO QUE DELATA AL P.C.E.  (S. CARRILLO) COMO ORDENANTE DEL ASESINATO DE “EL BRASILEÑO»·

Texto extraído del informe de Francisco Rey Balbbis «Moncho» en el que refiere los pasos previos al asesinato de mi padre «el Brasileño». 

«Moncho» fue el jefe de la cuarta agrupación guerrillera de Galicia. La totalidad de su informe fue elaborado en Francia en Febrero de 1952  después de huir a ese país. 

Este documento ha sido fotocopiado de los Archivos Centrales del P: C: E en Madrid.

Rueda había estado de guerrillero en la zona de Lugo por los años de la Guerra Civil en España y después marchó a Pontevedra donde trabajó en la organización del Partido en Pontevedra y Vigo  con Víctor García el «brasileño»- Cuando Foucellas estaba por Pontevedra en la primavera del cuarenta y ocho le encontró en algunas aldeas donde estaba casado y preguntado si había algo de Víctor García Rueda le dijo que sabia incluso la misma casa donde paraba. Foucellas le explicó que Víctor García no era comunista sino un «troskista». Rueda dijo comprender muchas cosas de las que había ocurrido. Víctor fue eliminado por orden del Partido (esto me lo dijo «Julián sinónimo de Gayoso). Y Rueda después de haber participado en la ejecución paso al lado de «Julián» sinónimo de Gayoso) como hombre de toda su confianza.

En este escrito se ha respetado su redacción original.

Aquì (Ourense) habìa un trio de direcciòn de lo màs raro y sospechoso, compuesto de un sabueso fiel del «brasileño», un mèdico que no pintaba nada y otro. El màs peligroso era el sabueso, que por ser viejìsimo militante, clàsico cacique, conocìa al P. del primero al ùltimo militante, tenìa cierta influencia entre la masa del P, debido a sus mètodos rastreros y a la propia debilidad del P. Tuvimos, con mucho tacto, contemporizar con èl un par de meses, sacarle del partido y despuès….a criar malvas.

Informe de Galicia primeros de Marzo del 48. AHPCE

Teófilo Fernández era la época en que le conocí el colaborador directo de mi padre en los asuntos del partido y su hombre de confianza en quien había depositado la seguridad de su vida.

Conmigo era muy cariñoso. Jugábamos (él a ser niño) me contaba cuentos infantiles de la narrativa gallega (yo hablaba ese idioma) y si mi padre me regañaba con dulzura por no haber sido aplicado en la resolución de los deberes impuestos o en el aprendizaje de la «Internacional» o la canción de los «pioneros» acudía `en mi ayuda buscando una disculpa para mi pereza.

Siempre que llegaba a nuestra casa me traía golosinas, libros de dibujos, etc. y una vez un cofre para que guardase en él todo lo bueno que hiciese a lo largo de mi vida. Nunca lo llené excepto de monedas que me regalaba por mi buen comportamiento.

Cuando se marchaba, siempre me hacia la pregunta: «Tuin» si viene la Guardia Civil a esta casa, ¿Qué harás?. La respuesta era conocida: me esconderé detrás de los árboles y pam…pam… les dispararé para ahuyentarles. Entonces, me acariciaba la cabeza y me decía !bien por mi camarada valiente!´´. Y viéndoles partir, me echaba a llorar hasta que mi madre me venía a consolar`   

Y quedaba en soledad…(.mi madre trabajaba de sirvienta) y lo único que tenía para entretenerme en mis horas muertas era un erizo (puerco espín) que una noche me trajo mi padre y a quien le brindé todo mi cariño y le cuidé con esmero y un día, traicionándome huyó de mi compañía. Era además entretenida la vista de los barcos entrando y saliendo del puerto de Vigo y el espiar de lejos a mi vecino, niño, subido a un rutilante coche de pedales. !Ah y en un hueco de un árbol seco, no sé si era un roble o un castaño, tenía mi escondite secreto donde mirando al cielo en el silencio del entorno, soñaba fantásticas aventuras mientras cuidaba con mimo de mi «arma mortífera» : un tirachinas.

Pasados unos días, escuchaba un silbido especial que partía del bosque y ,alborozado salía corriendo de la casa para abrazarme con loca alegría a mi padre y a mi único amigo al que nunca borré de mi memoria: Teófilo Fernández Casal (¿o Carral?) que sé que descansa en paz en el lugar destinado a los buenos y nobles héroes.

* Certificado de defunción en el que se  omite la causa del fallecimiento.

Algunos autores relatan que el asesinato de Víctor García García «El Brasileño», acaeció en el año 1.946, no es posible, ya que los enviados para formar el nuevo Comité Regional y encargados de su asesinato llegaron a Galicia en los meses de junio o julio de 1.946. Por otra parte este nuevo equipo revanchista se lamentaba en fechas posteriores con los siguientes textos orientativos… «La lucha con García y su grupo, su liquidación política y física es nuestra mayor preocupación…» Lograron su ignominioso triunfo a comienzos del año 1.948. Su mujer María de los Ángeles Fernández Roces y su hijo sufrieron en estas fechas el dolor causado por tan infame e injusto crimen. 

  • Era un atardecer del mes de Marzo del año 1948- En la humilde casa del barrio «el Calvario» en Vigo donde vivía con mis padres alguien llamó a la puerta. Mi madre la abrió a un hombre que yo nunca antes había visto. Unas palabras suyas hicieron brotar de sus ojos cataratas de lágrimas acompañadas de intensos sollozos, que sorprendieron e intrigaron mi curiosidad infantil reaccionando con temor, abrazándome a sus piernas preguntándole ¿por qué lloras mamá? Me subió a sus brazos y besándome me dijo: hijo, ese señor me ha comunicado una triste noticia: papá se ha ido muy lejos, donde ya no le buscarán unos «hombres malos» que quieren hacerle daño. ¿Y cómo le hallaremos nosotros?. Cuando hagas todo aquello que le prometiste, ¿lo recuerdas? Sí, que voy a trabajar mucho, ser bueno contigo y cuando seáis mayores cuidaros con mucho cariño. Ya que hora que papá no va a volver con nosotros en mucho tiempo, ¿puedo dejar de hacer los deberes y de aprender la canción de la «Joven Guardia» y la de los «Pioneros»?. Esta noche sí «Tuin»(apodo con el que me llamaban mis padres) porque mañana nos iremos de este lugar que nunca olvidarás para vivir con tu abuelo en Asturias. El nos ayudará a hacer de tí un hombre de futuro que justifique el sacrificio de la vida de tu padre por el bienestar tuyo y el de todos los niños de la tierra. Aquella cruel noche, acurrucado en el regazo de mi sollozante madre, me venció el sueño intuyendo que se avecinaban cambios drásticos en mi vida. Tenía tan sólo seis años de edad.  …….Y vinieron días y días de sacrificio, de dolor, de silencios sobre la muerte de mi padre, de quien mamá atesoraba un cariño abnegado y recuerdos muy felices. Y un buen día, sin queja, lema de toda su vida, calladamente se fue. Y entonces con enorme pesar por su pérdida, me dispuse romper aquel silencio de tantos años de abatimiento, buscando la verdadera causa de la muerte de mi padre cumpliendo aquella promesa que en una noche de dolor inolvidable le hice siendo un niño. Había trabajado con ahincó, la había cuidado con amor y esmero en sus últimos años haciendo que se sintiese feliz en compañía de mi mujer María y sus tres nietos, que adoraba. Era el momento de buscar aquel lugar ignoto donde moraba mi padre, escondiéndose de los «hombres malos». Sólo disponía de un dato: había sido asesinado en Lalín (Pontevedra). Indagué sin éxito en varios centros de la Memoria Histórica y oficiales, hasta que quiso la fortuna, que topase con un trabajo que estaban realizando sobre las represalias y asesinados durante la Guerra Civil en Galicia la Universidad de Santiago de Compostela. Me indicaron donde se hallaba enterrado y hablando con la gente mayor del lugar, con historiadores junto con la lectura sobre la lucha guerrillera en esa región me enteré, con gran sorpresa, que sus asesinos fueron aquellos que en mi familia considerábamos héroes. Jamás había imaginado que algunos de mis «héroes” eran los hombres “malos” de mis pesadillas.

  • Texto escrito por Víctor García hijo, en el que intenta reflejar sus dramáticos recuerdos infantiles, motivados por la muerte de su padre.  Gerardo Iglesias Aguelles lo ha recogido en su magnifico libro titulado: «La Amnesia de los Cómplices» publicado por la editorial K.R.K. en el que recoge la biografía del » Brasileño» y de 149 guerrilleros asturianos.
  • Pensar durante años que tu padre murió en un enfrentamiento con la Guardia Civil, cuando la verdad es que fue asesinado a sangre fría por sus propios camaradas resulta, cuanto menos,  ser victima de un engaño que la verdad y la justicia tiene la obligación de reparar

Texto extraído del libro «Con la piel de cordero».  Autor Josele Sánchez.

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